sábado, 5 de noviembre de 2011

Ritalin, la droga milagrosa II.


Recibí un interesante comentario a mi escrito “Ritalín, la droga milagrosa”.  Esto me invitó a compartir la respuesta a dicho comentario:

Hola, me parece interesante tu comentario. Aradix no es un nuevo ritalin, es el mismo ritalin de siempre, solamente con otro nombre comercial. El químico activo principal es el mismo y se llama metilfenidato. Una droga anfetamínica. 

Efectivamente los niños suelen ser inquietos, se comportan de esa manera en función de su desarrollo neurológico, eso lo sabe cualquier neurólogo. De la misma forma, cualquier neurólogo sabe que la corteza prefrontal, relacionada con la inhibición de conductas impulsivas, la capacidad de planificar estrategias para alcanzar objetivos y de adecuar el comportamiento al contexto, termina de desarrollarse naturalmente a los 16 años. No antes. 

Probablemente este es uno de los factores por los que los niños son muy sensibles a los cambios ambientales, estos repercuten fácilmente en su comportamiento.  Los cambios ambientales pueden repercutir de manera diversa, en función de la historia de ese niño, de su constelación familiar, escolar, etc.
Muchas veces, uno de los problemas que tienen que ver con la desatención y desconcentración de los niños, pueden estar relacionados a que no tienen ninguna motivación por el comportamiento opuesto. Es decir “un niño no se queda quieto”, “no se concentra”, etc. Es asunto es ¿Por qué debería quedarse quieto o concentrarse?. O ¿Qué es lo que le lleva a no hacerlo?.

Imagino lo dificultoso que puede ser el ejercicio de la pedagogía en Chile. Los profesores son unos de los profesionales más denostados y menospreciados actualmente. Esto, se deja ver en los sueldos que pueden recibir y en el poco prestigio social que se les asigna.  La carga es aún más pesada cuando los deseos y necesidades de las personas más pobres y sencillas de Chile, son desplazados a la educación y los profesores. De forma que el profesor debe hacerse cargo que los pobres dejen de ser pobres a través de la educación. Hoy está estadísticamente comprobado que no es la educación la que acaba con la pobreza, por ejemplo, los profesionales que provienen de sector socioeconómico más complicado ganara menos dinero que el que viene de sector socioeconómico alto. Por otra parte, los puntajes en las diversas pruebas de conocimientos manifiestan, muchas veces un reforzamiento y agudización de las desigualdades perpetuadas por el actual sistema educativo en la mayoría de los casos.

En consecuencia, tenemos profesores que trabajan en varias jornadas para alcanzar una retribución acorde a otros profesionales, con pautas de enseñanzas y evaluación que no son les son consultadas. A lo anterior se suma que están depositados en ellos los deseos, e ilusiones de los más pobres por dejar de ser pobres. Profesores que, muchas veces, realizan su trabajo en condiciones sumamente hostiles, con un número desproporcionado de estudiantes que a la vez pueden llevar en sí el registro de vivencias mucho más dolorosas y complejas que las que esperaríamos lleven esos estudiantes.

De esta manera, la búsqueda de las motivaciones, causas o factores involucrados en la desatención e inquietud de un estudiante resultan complejos, como resulta complejo remediarlo. De ahí que parece fantástico (de la fantasía) que un fármaco “solucione el asunto”. 

¿Cuáles pueden ser los costos?. Existen muchísimas muertes de niños secundarias a la administración de ritalin (aradix o metilfenidato, es lo mismo). En otros casos la aparición de psicosis muy difícil de distinguir de la esquizofrenia y muchísimos otros efectos que nos obligan a caer desde la fantasía a la realidad.
En lo Personal he trabajado con jóvenes que recibieron esta droga y he podido captar el dolor que implicó la experiencia. Me llamó la atención uno de los relatos en que describía la vivencia como un encadenamiento. Como si le pusieran un chaleco de fuerza, como si perdiera la vitalidad y, lo más triste cuando la vitalidad volvía y se empezaba a sentir mejor, ya era hora de dormir, había acabado el día.
Uno de esos relatos me marcó, como me marco la existencia de organización de padres de niños matados por el ritalin (aradix o metilfenidato).

Pienso siempre en estudiar con mucha dedicación estos casos antes de aproximarme a la fantástica droga milagrosa. Pienso ensayar cuidadosamente diversas estrategias de enfrentamiento de las problemáticas, antes de la intromisión de una contención o encadenamiento químico de un ser humano, antes de recurrir a una fantástica (fantasía) droga milagrosa. Sin embargo es una cuestión de criterio y no todos los profesionales se conducen de la misma forma. Evidentemente los que se conducen de otra forma, no tienen porque desear hacer daño, es probable que trabajen con la mejor de las intenciones. 

En definitiva, ¿Qué es lo que las pastillas no pueden curar?, y ¿para qué vas al médico sino a que te entregue pastillas o licencias médicas?. Estas dos últimas preguntas probablemente tengan relación a fantasías que tenemos como sociedad, a nuestro imaginario. Pero ¿Cuál es la realidad? O ¿qué realidad estamos creando en función de esas fantasías?.

Lo positivo de esto, es que en nuestras manos está la continua construcción y reconstrucción social.

Jorge Salazar
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar.

* Les invito a ver el esclarecedor video al final de la nota. En él, Thomas Szasz (nacido el 15 de abril de 1920 en Budapest, Hungría) Autoridad intelectual y profesor emérito de psiquiatría en la Universidad de Siracusa en Nueva York.

4 comentarios:

  1. El punto es precisar bien donde tiene indicación la prescripción,en dos de cada tres niños está mal,pero en uno es correcto utilizarla.
    No comparto tu apreciación respecto de los profesores,hay de todo como en todo,pienso que en general ellos quieren niños sin problemas ,es como si un médico quisiera atender puros pacientes sanos

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  2. Estimado José Luis. Efectivamente la precisión me parece acertada. Sin embargo, me parece no has seguido el sentido de lo que planteo, quizás no he sido muy claro aunque me parecía serlo en mi apreciación, yo planteo: “Pienso siempre en estudiar con mucha dedicación estos casos ANTES de aproximarme a la fantástica droga milagrosa. Pienso ensayar cuidadosamente diversas estrategias de enfrentamiento de las problemáticas, ANTES de la intromisión de una contención o encadenamiento químico de un ser humano, antes de recurrir a una fantástica (fantasía) droga milagrosa.”

    Lo que descarto de plano, es mantener como prioridad, de manera prejuiciosa y a priori, la prescripción farmacológica (que por otra parte y afortunadamente, no es mi dominio) guiada por la etiqueta diagnóstica. Busco impedir que ésta se haga cargo de mi trabajo como psicólogo. Es escandalosa la sobrediagnosticación de trastorno de déficit atencional. Etiqueta bien discutible y de reciente data.

    En relación al tema de los profesores, efectivamente hay de todo en todo, esto no lo dudo, yo planteo una hipótesis, no un axioma o ley. Mi reflexión no es tan general, superficial y apodíctica. Más bien planteo una posibilidad distinta de apreciar el problema, considerando factores que en algunos casos, pueden no estar considerados.

    A nadie con alguna formación (aunque hay de todo en todo), al menos en psicología, se le ocurriría generar axiomas apodícticos o incuestionables cuando de seres humanos se habla. En función de ese lineamiento, incluso cuando un caso parece concordar con la etiqueta “trastorno de déficit atencional con...” Podría constituir un error de diagnóstico, vamos a ver primero que pasa con el paciente en específico, esa es la prioridad, no generalización que propone la etiqueta. Me parece que ese es mi trabajo, más atención al paciente, menos a la etiqueta diagnóstica (esto tampoco en términos absolutos, claro está).

    Jorge Salazar.

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  3. Yo creo que se está abusando descaradamente de esta droga para mantener a los niños quietos en clases...es terrible conozco 2 casos de niños que han dejado de comer, que se sienten muy mal, incluso uno se está desmayando por el uso de la famosa droga

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    1. Es una lamentable realidad contra la que tenemos que educar. Un Saludo.

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