jueves, 16 de junio de 2011

Lenguaje Corporal


El uso de las abstracciones elaboradas a través del lenguaje complejo que nos presenta un buen libro, la importancia de las características, formato y palabras utilizadas en un escrito técnico o de trabajo, junto con otros aspectos íntimamente relacionados a nuestra cultura, podrían ser elementos que favorecen el olvido del cuerpo, su influencia en la comunicación, su capacidad y enorme importancia para alcanzar los objetivos tras nuestras intervenciones comunicativas.

La comunicación es un fenómeno ineludible, no es posible no comunicar, incluso el silencio más severo y la postura corporal al que esté relacionado siempre dejará impreso un mensaje que para algunas personas puede ser claro como para otras, confuso. El hecho es que desde el punto de vista de la comunicación, definida de tantas maneras distintas según autor, no es posible postular la existencia de un cero comunicativo, de una ausencia de comunicación. De tal forma, que incluso la disposición de los objetos en los distintos espacios comunican acerca de las personas que habitan los mismos.

De esta forma, en nuestra cultura, pudiéramos dar mayor importancia a la comunicación verbal y sin embargo, estudios confirman que el porcentaje de comunicación que se establece a través de los aspectos verbales de la misma es ínfimo en comparación a los aspectos tonales y corporales involucrados. De tal forma que una persona que se encuentra comunicando transmite solo un bajo porcentaje de aproximadamente un 7% de su comunicación a través del lenguaje verbal, un 38% de su comunicación será manifestada a través de las variaciones tonales que acompañan al lenguaje verbal y un 55% de su comunicación será transmitida a través del lenguaje del cuerpo.

El objeto de este texto es plasmar una reflexión en relación a la importancia del lenguaje corporal y sus consecuencias implicadas a la vez en nuestra capacidad de expresar quiénes somos y alcanzar los objetivos que nos planteamos a través de la comunicación. Muchas son las situaciones a través de las cuales es posible detectar en alguna medida cuales son los resultados de nuestra forma de comunicar. Entre ellas se destacan las entrevistas de trabajo, en las cuales el entrevistado es sometido a una evaluación de parte de su entrevistador. En dicho proceso, el entrevistado dispone de un repertorio conductual relacionado con su comunicación, su postura, los tonos de su voz, la dirección de su mirada y su vestimenta son componentes de la globalidad de lo que el entrevistado comunica de forma que el entrevistador o evaluador se verán más o menos afectados en su decisión en función de estos aspectos y de los objetivos relacionados a las características del puesto al que postula el entrevistado.

Todo tipo de intercambio comunicativo, de una u otra manera, implica una negociación y toda negociación trae adscrita a ella el repertorio comunicativo de ambos negociadores a través de la comunicación no verbal. Entre ellos se busca negociar no solamente el alcance de un objetivo o alguna cuestión específica, sino que también se busca de alguna forma caracterizar un lugar en la situación social en la que está implicada la comunicación. Será muy distinta la postura y el tono de voz entre dos personas de distintos estamentos de una empresa al sostener una conversación, de forma que la jefatura podrá presentarse más relajada en su postura corporal, recta su figura, probablemente con tendencia a descubrir el vientre y levantar la cabeza, descubriendo el cuello, mientras que posiblemente un subordinado se presentara frente a esa postura con menos relajación y probablemente con tonos de menores intensidades acompañados de expresiones diferentes a las de la jefatura. Otro fenómeno social donde es posible distinguir las diferencias entre la comunicación no verbal es en la comunicación que se establece entre un médico y su paciente, un profesor y su alumno, o un soldado y su superior.

Otro tipo de situaciones en la que el lenguaje corporal es fundamental son aquellas situaciones que debe enfrentar un orador frente a un auditorio. Para sacar el máximo provecho de esta situación también será importante la comunicación corporal utilizada por dicho orador. Deberá demostrar seguridad con una voz sin vacilaciones, una postura de seguridad, espalda recta que podría ir acompañada de ambas manos tomadas posteriormente bajo la espalda acentuando la expresión de dominio del tema del que habla. La mirada deberá dirigirse a diferentes sectores del auditorio, no estar fija a un solo sector ni escapar del auditorio mirando a través de ventanas o dirigiendo su mirada a las paredes. Dicho orador, cuidará meticulosamente no dar la espalda a su auditorio con el objeto de demostrar la importancia que le merece en la situación comunicativa.

Por otra parte, la comunicación entre dos personas también implica elementos no verbales que pueden contribuir o dificultar conseguir el objetivo comunicativo y sirven de base para comprender la situación comunicativa y quienes están involucrados en ella. La mirada dirigida hacia los labios y mentón propio de una comunicación íntima irá acompañada de una corta distancia (Menos de un metro) entre ambos interlocutores y será característica de las personas que tienen relaciones de pareja o muy cercanas. Mientras que las personas de una situación social más lejana dirigirán su mirada a un sector superior y ampliaran la distancia con su interlocutor (un metro o más), al igual que las personas lejanas que se demuestran respeto mirándose a los ojos o al sector de la frente.

Pero no solo la mirada y su dirección es un importante componente de la comunicación, lo son también la postura de los brazos y de las piernas, ambos pares de extremidades implican protección. Una persona insegura que se siente invadida o intimidada tendrá la tendencia por tanto, de cruzar sus brazos frente a su interlocutor, de la misma forma que puede hacerlo una dama intimidada en la situación comunicativa cruzando sus piernas. Las manos también implican una manera de manifestar dominio. De tal forma que una persona que mantiene las palmas de sus manos hacia abajo y que con alguna frecuencia utilice el dedo índice para dar énfasis a algún fragmento de la conversación, expresa con esta actitud dominio y se manifiesta, de una u otra manera, como acusadora. Mientras que una persona que al hablar en algunos momentos con la palma abierta extiende y dirige hacia arriba su dedo pulgar da la sensación de una persona exitosa y triunfadora. Lo anterior contrasta con la persona que con palma abierta la dirige hacia arriba mientras habla, como mendigando, o con la persona que, con puño cerrado parece golpear la mesa mientras habla como imponiendo violentamente el contenido de su conversación a quien lo escuche.

La invitación es a poner atención a como utilizamos nuestros tonos de voz, posturas corporales y gestos mientras estamos en las distintas situaciones sociales. Probablemente, este ejercicio nos ayudará a dilucidar el por qué y cómo de nuestros logros de objetivos en dichas contextos. Lo anterior debe ir ligado estrictamente a la situación y diferencias entre las distintas personas, pues es imposible hablar de absolutos en cuestiones relacionadas a la psicología y en general al ser humano.

Jorge Salazar
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar.


4 comentarios:

  1. Hola jorge:
    esta muy bien explicado y entendible sobre del tema del lenguaje corporal me recuerdo hace unos años que vi una serie de la fox que se llama lie to me con el gran phil roth( tiempos violentos) que cuando veia los capitulos me hizo reflexionar, queria aprender sobre del lenguaje corporal como una forma de hacerlo.
    pero estoy contenta que estos temas lo hacen una forma aprender y educar y felicitaciones.

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  2. Gracias por valorar mi artículo Belen que bueno que te pareció claro y comprensible. Manejar algunas cosas de lenguaje corporal puede ayudarnos a establecer buenas relaciones interpersonales, darnos a entender mejor. La educación es un buen horizonte. Un saludo.

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  3. Como siempre muy claro y preciso Jorge,ayer estuve viendo un video donde hablaba el presidente Obama y que fue muy bien asesorado para los movimientos gestuales y corporales que acompañaban su discurso,por ejemplo,el ladear la cabeza dejando el lado derecho del cuello expuesto que eso hablaba de transparencia, entonces me entrò la duda sobre si es tan objetivo el estudio de los movimientos corporales para sacar conclusiones u orientarnos ya que todos esos movimientos estàn muy bien estudiados y pierden la espontaneidad y por lo tanto lo objetivo.
    Cada vez mejor tu blog Jorge, mis saludos.

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    1. Muchas gracias Maritza por tu comentario. Efectivamente es complejo pretender objetividad en este tipo de estudios. En general para la psicología es difícil pensar en objetividad. Hablamos de ciencias que buscan estudiar cuestiones muy complejas y relacionadas con la subjetividad. Han existido distintos enfoques en busca de crear el objeto de estudio de las ciencias psicológicas y una manera de estudiarlo. Dentro de ellos las metodologías fenomenológicas no buscan objetividad sino más bien el sentido, el significado, una cuestión siempre subjetiva, ligada a la historia y el contexto, a lo cultural, al Otro.
      En lo personal, me parece saludable reconocer las diferencias que existen entre nosotros y saber que en cuestiones tan complejas como la conducta humana, con su carácter de significante, no es posible alcanzar una objetividad. Me parece más pertinente tratar de reconocer nuestra participación en la creación de una subjetividad siempre dinámica y algo impredecible. De ahí que para trabajar con el ser humano, me parece fundamental, la prudencia, el respeto, tomar tiempos acordes a lo estudiado antes de establecer veredictos. Comprender nuestras limitaciones, en tanto que implicados en lo que estudiamos, me parece congruente como profesional de la psicología. Otra cuestión importante es aceptar que el sentido siempre requiere de la participación de dos, siempre requiere la existencia del Otro que participa en la construcción intersubjetiva del significado. En definitiva, como psicólogo, me parece extremadamente razonable pensar que necesitamos del otro para ser y, que ese Otro, es siempre novedoso e infinitamente distinto. Somos complejos y ahí esta la maravilla.

      www.psicoterapeuta.cl

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