El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza porque las personas que lo sufren, realmente pierden el control absoluto de algún área de sus vivencias. Lo más importante del T. O. C. es que las personas afectadas son víctimas de obsesiones o compulsiones que se repite frecuentemente, interfiriendo su vida social, familiar, laboral y cognitiva.
Las obsesiones no se producen por problemas o preocupaciones de la vida real sino que más bien ni siquiera se circunscriben al ámbito de lo real y sin embargo, generan problemáticas en la vida de los individuos que las sufren. Las obsesiones son ideas, pensamientos o imágenes repetitivas que son vivenciadas por la persona como intrusas e inapropiadas y que les provocan muchísima ansiedad y malestar. Si bien, la persona que sufre de T. O. C. sabe que esto es producto de su mente y no impuesto desde afuera, no puede mantener control de estas intromisiones indeseadas.
La ansiedad que provocan esas intromisiones denominadas obsesiones, llevan a que el individuo trate de suprimirlas o ignorarlas y es en ese afán de búsqueda de control que el individuo recurre a las compulsiones, que son comportamientos o actos mentales también recurrentes de carácter ritualizado con los que busca neutralizar la ansiedad que le produce la obsesión.
Son obsesiones comunes las que en su contenido se refieren a la idea de la suciedad o contaminación, por ejemplo, personas que creen que al tocar cosas u objetos podrían contaminarse con alguna bacteria o enfermedad pueden ocupar horas importantes de su vida cotidiana lavando sus manos efusivamente, pudiendo provocarse daño en este acto compulsivo. También existen obsesiones que se manifiestas como dudas repetitivas, por ejemplo una persona que duda obsesivamente si ha cerrado bien la puerta de su casa, puede volver a comprobarlo en repetidas ocasiones, perdiendo tiempo que podría significar un retraso a sus compromisos laborales o de otro tipo. Las obsesiones de necesidad de mantener un orden muy riguroso, llevaran a las personas que la sufren a sentir como imperativo que ese orden se mantenga sin variación, ocupando gran parte de su tiempo en ordenar y restablecer dicho orden. Existen obsesiones de carácter agresivo u horroroso y fantasías sexuales obsesivas. Un ejemplo de obsesión de carácter agresivo u horroroso podría ser la idea de asesinar a alguien, lo que puede llevar a la persona que sufre esta idea, a renunciar a la vida social, sentirse culpable o incluso realizar actos compulsivos de diversa clase como rezar cada vez que la idea le venga en mente. Otras formas de obsesiones pueden llevar el contenido de fantasías sexuales que la persona percibe como inapropiadas. Por ejemplo, escenas pornográficas que el afectado reprueba y que podría deteriorar su capacidad de llevar una vida social adecuada frente a la irrupción de dicha obsesión.
Generalmente, las personas que sufren de T. O. C. en alguna etapa de su experiencia se dan cuenta del carácter irracional de sus compulsiones, obsesiones y del significativo deterioro que les provocan en distintos aspectos. El tratamiento adecuado asegura que las personas con T. O. C. puedan llevar una vida saludable sacando el máximo provecho de sus capacidades y consiguiendo relaciones interpersonales satisfactorias.
Jorge Salazar.
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar
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