La pobreza no es solo una carencia económica; es un concepto multidimensional que incluye factores emocionales y sociales. Sin acceso a redes de apoyo o servicios básicos, las personas se vuelven más vulnerables a trastornos mentales. He observado cómo la falta de estabilidad laboral y la inseguridad financiera pueden desgastar la autoestima y la confianza en uno mismo. Esto no solo afecta a los individuos, sino también a sus familias y comunidades.
Es hora de que como sociedad reconozcamos que la salud mental no es solo responsabilidad del Ministerio de Salud, sino de todos nosotros. Debemos trabajar juntos para crear un entorno que proteja y promueva el bienestar emocional de todos. Esto implica políticas públicas que apoyen la estabilidad económica, programas de educación financiera, y acceso a servicios de salud mental accesibles y de calidad.
¡Es momento de actuar! Necesitamos un cambio de perspectiva que priorice la salud mental como parte integral del desarrollo económico y social. Al unirnos, podemos construir un futuro donde la prosperidad económica vaya de la mano con el bienestar emocional. Juntos, podemos hacer la diferencia y crear un Chile más justo y saludable para todos.
Psicólogo Jorge Salazar.
www.suterapia.cl
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