viernes, 1 de julio de 2011

Algunos aspectos involucrados en las causas, prevención y tratamientos de las psicosis.

De manera general es posible comprender con el nombre de psicosis a un conjunto de trastornos que tienen en común alteraciones en varias funciones psíquicas, principalmente de la percepción,  del pensamiento, del lenguaje, de la motivación, etc...  Algunos de sus síntomas más característicos son los delirios y las alucinaciones. Ambas son manifestaciones del profundo deterioro en la capacidad de evaluar la realidad. Dentro de las psicosis, las más importantes son la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo y trastorno delirante.

Además de la predisposición genética relacionada con la adquisición de las psicosis, considerando como caso ejemplar a las esquizofrenias, existen factores ambientales. Lo que ya he enunciado en otro escrito. 


Prevención prenatal.

Al respecto algunos estudios indican la importancia del cuidado durante el periodo prenatal, específicamente en el segundo trimestre de embarazo. Durante este periodo de vida fetal, se desarrolla un proceso denominado migración neuronal. Dicho proceso consiste en que las neuronas se movilizan desde el centro del sistema nervioso hacia los sectores periféricos y a través de un andamiaje formado por las glías radiales, células que les sirven de guia y sostén a las neuronas que se ubican en el sistema nervioso. Una afección viral de la embarazada producida entre los 3 y 6 meses de embarazo afecta este proceso de migración neuronal, en el desarrollo del sistema nervioso fetal, lo que ha sido asociado con una mayor probabilidad de que el hijo sufra esquizofrenia durante la adolescencia e inicio de la edad adulta.  



Según esta información  es razonable suponer que la prevención de las psicosis es posible a través del cuidado materno a partir del segundo trimestre de embarazo.  Estudios demuestran que cuando el invierno (según parámetros estadísticos de infectología cuando se registran el mayor número de enfermedades bronquiales y virales) concuerda con el segundo trimestre de embarazo existe mayor probabilidad de que posteriormente (adolescencia e inicio de adultez) se desarrolle esquizofrenia.


De los cuidados al lactante y su madre.

Por otra parte, los trabajos de Donald Winnicott, psiquiatra y psicoanalista infantil,  otorgan importancia a la formación del aparato psíquico o, en términos más simples, de la mente. A partir de su trabajo, es posible deducir como este proceso de desarrollo puede ser fundamental en la posterior adquisición de trastornos mentales de forma que planteaba “La finalidad del cuidado de niños no reside solamente en producir un niño sano, sino en permitir también el desarrollo definitivo de un adulto sanoy “las bases de la salud mental del adulto se echan en su infancia y niñez y, por supuesto, en su adolescencia.” 

En términos muy generales, Winnicott plantea que en el desarrollo del niño, existe una etapa que denomina de dependencia absoluta. Este periodo es el que transcurre desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad. Durante este periodo resulta fundamental la función de la madre quien mediante su amparo, sostén e interacción, permite que el bebe esté protegido de sucesos impredecibles, es decir, traumáticos que puedan interrumpir lo que él llama la continuidad de existir. Lo anterior está relacionado con cubrir necesidades fisiológicas fundamentales y  responder a lo que el bebe espera.  Si el proceso anterior es exitoso se produce la integración del yo. Es la introducción del niño en el mundo compartido exterior, en el mundo de la realidad de los seres humanos. Es importante al respecto recordar que en las psicosis existe “un debilitamiento relativo o absoluto del yo que le impida cumplir sus funciones” (Freud, 1938[1940])

Dentro de este periodo de dependencia absoluta es fundamental el papel de la madre, y la mirada del niño hacia ella. Winnicott plantea como es que el niño durante su lactancia mira el rostro de la madre pero, fundamentalmente el estado emocional de ella. Esto está implicado en la formación de la mente del niño y de su futura salud mental (Winnicott, 1967).
Al respecto me parece saludable, tanto para la madre como para su bebe, que no sean separados durante los 6 primeros meses de vida, es decir, durante la etapa de dependencia absoluta. Esto puede considerarse una manera de prevenir el surgimiento de enfermedades mentales como las psicosis. Favorecer que el estado de ánimo de la madre sea el mejor durante este periodo estará vinculado con el proceso de desarrollo del yo del bebe. El bienestar psíquico del ser humano en formación dependerá en importante medida de esto. 

La importancia de la dimensión familiar-social y política.


En función de lo anterior es necesario reconocer que sí es posible una prevención de las psicosis considerando los factores ambientales predisponentes o que facilitan su aparición. Pero esta acción debe ir más allá de la intervención psicológica individual considerando la intervención familiar e institucional. Se trata, además de educar o tratar a las personas, de abordar tanto el aspecto personal como familiar y social implicados en el fenómeno,  generando políticas orientadas a proteger el bienestar de la madre durante el embarazo y que aseguren su presencia durante a lo menos los 6 primeros meses de vida de su bebe.

Durante el año formado por el último semestre de embarazo y el primer semestre de vida del bebe debe también presentar  bienestar, contar con el apoyo de su familia y de la sociedad. Para esto es fundamental el papel que desempeña el estado asegurando este desarrollo. Al respecto me parece que lo ideal es un prenatal de 6 meses y un post natal también de seis meses, lo que permitiría que durante ese año la madre se aboque principalmente al cuidado de su salud y a la del sujeto que está formando. Posterior a esto, durante el periodo de dependencia relativa (desde 6 meses de vida del bebe hasta el año) la madre podría empezar a ausentarse progresivamente.



Tratamiento oportuno.


Una vez desarrollada una psicosis, las primeras intervenciones, es decir durante el primer año, son importantísimas, y puede implicar importantes cambios positivos en el curso del trastorno. 

Mientras más pronta es la intervención en la fase aguda de la enfermedad, es decir cuando se presenta el primer brote psicótico, puede aumentar la efectividad de los tratamientos. Disminuyendo las características de los síntomas residuales de la esquizofrenia, éstos se mantendrán durante largo tiempo después de superada la fase aguda.

Es relación a este aspecto es fundamental que se asegure una atención completa que considere todos los aspectos terapéuticos involucrados.

Posteriormente a la finalización de la fase aguda existe riesgo de adquisición de depresiones, riesgos de suicidio y un elevado estrés en quien sufre el trastorno. 

El drama que implica la afección de una psicosis para el paciente, significa a la vez un impacto intenso para su familia. La mayoría de los primeros brotes psicóticos, como ya he planteado en otra nota, se producen con mayor frecuencia al final de la adolescencia e inicio de la edad adulta, por lo que los padres de los afectados generalmente no pueden sustraerse al dolor y el sufrimiento que puede implicar la afección de su ser querido. En Chile, un estudio de Loubat y Cuturrufo (2006), plantea que un 95,7 % de los padres enfrenta la situación con una reacción depresiva, desbordándose por la situación y siendo pesimistas, lo que sugiere que la enfermedad es una de carácter familiar como debe serlo su abordaje.

Al respecto he podido constatar la tendencia tanto de padres como de hermanos psicóticos a culpabilizarse por la enfermedad que sufre su ser querido.  Me parece, en función de lo anterior, que puede ser positiva la evaluación de dichos familiares para pesquisar la existencia de síndrome depresivo reactivo a la enfermedad de su cercano.

Otro aspecto complejo en relación al tratamiento de los pacientes que sufren algún trastorno psicótico está relacionado con los costos monetarios implicados. Al respecto, hoy los mejores fármacos antipsicóticos podrían no estar al alcance de la mayoría, ya que algunos precios de referencia están alrededor de los 50000 pesos.  En otras palabras una persona que reciba el sueldo mínimo difícilmente podría acceder a estos tratamientos, lo que incidirá en todo el curso del trastorno, es decir, a lo menos en algunos años de vida de la persona afectada. Lo anterior puede estar relacionado al empeoramiento del trastorno y de sus demoledores efectos.

En pocas palabras el problema de los trastornos psicóticos es uno que va más allá de quien lo sufre y una intervención clínica individual hacia él enfocada. El problema involucra aspectos económicos, familiares, sociales, y estatales. Parte importante de su abordaje requiere de la generación de políticas orientadas a la prevención y tratamiento temprano, a la reducción o facilitación de acceso a los costosos fármacos. De intervención en la familia de quienes sufren el trastorno. De apoyo a las madres embarazadas, para que puedan gozar de buena salud física y tranquilidad a lo menos desde el segundo trimestre de embarazo y la posibilidad de dedicar todo su tiempo durante los seis meses siguientes del nacimiento a su hijo, en un ambiente que le permita un buen estado de ánimo, pues a este nivel se generan los cimientos de una salud mental. Y en definitiva de la construcción de una sociedad sana. 

Existe un arduo trabajo por delante para comprender en profundidad todos los aspectos involucrados en las psicosis pero con lo que hoy sabemos es posible hacer mucho más.




Jorge Salazar.
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar





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