De manera general cuenta como, el Psicólogo y profesor de Psicología David
Rosenhan, realizó un experimento demostrativo de cuestiones sabidas hace bastante tiempo en el mundo de la psicología pero, muy ignoradas por la
mayoría de las personas sin formación en el área.
Algunas de estas cuestiones son:
- Las falencias de los psiquiatras a la hora de diagnosticar.
- Las falencias de sus diagnósticos
- La inutilidad de las internaciones psiquiátricas.
La tercera y cuarta parte del artículo me parecen destacables, especialmente para quienes desconocen
algunos de los resultados del "experimento Rosenhan".
Algunas de estas cuestiones son:
- Las falencias de los psiquiatras a la hora de diagnosticar.
- Las falencias de sus diagnósticos
- La inutilidad de las internaciones psiquiátricas.
La tercera y cuarta parte del artículo me parecen destacables, especialmente para quienes desconocen
algunos de los resultados del "experimento Rosenhan".
Transcribo:
“En 1969, el psicólogo
David Rosenhan y un grupo de siete voluntarios perfectamente cuerdos se
presentaron en las oficinas de admisión de 12 instituciones mentales en Estados
Unidos.
Usando identidades falsas, y pretendiendo tener
síntomas que no tenían, todos lograron hacerse internar como pacientes.
No se trató de una broma del día de los inocentes,
estos falsos dementes comandados por Rosenhan tenían una misión: cuestionar la
capacidad de la psiquiatría de distinguir entre la locura y la cordura.
En la entrevista de admisión, los pseudopacientes
aseguraron escuchar ruidos, luego voces. Pero una vez adentro, abandonaron sus
síntomas y comenzaron a comportarse de manera normal.
"Para David, un científico es alguien que mira
a su campo de estudio con escepticismo y ve cuáles son los problemas. Su temor
era que la gente resultara dañada por la psiquiatría", le dijo a la BBC
Florence Keller, psicóloga clínica y amiga de Rosenhan.
Impostores
Durante su estadía en el hospital para enfermos
mentales, Rosenhan fue tomando notas sobre su experiencia. El siguiente, es un
extracto de su diario:
"Yo me sentía incómodo, no sabía dónde estaba el baño, donde iba a dormir
o dónde estaban mis cosas. ¿Qué es lo que hace uno aquí?, me pregunté. ¿Hay
algún teléfono? ¿Puedo llamar a mi esposa y a mis hijos? ¿Cuándo voy a ver a un
médico?"
(Diario de David Rosenhan)
"El asistente me llevó a una sala y señalando
una silla me dijo: 'Te perdiste la cena pero te buscaré algo para comer.
Siéntate donde quieras', y se marchó. Esperé más de una hora y media. A eso de
las 18.15 llegó otro asistente con una bandeja. 'Esta es tu cena', dijo, y se
fue".
"Yo me sentía incómodo, no sabía dónde estaba
el baño, donde iba a dormir o dónde estaban mis cosas. ¿Qué es lo que hace uno
aquí?, me pregunté. ¿Hay algún teléfono? ¿Puedo llamar a mi esposa y a mis
hijos? ¿Cuándo voy a ver a un médico? (....) Tuve que esperar hasta las 22.45
para que un asistente me muestre donde iba a dormir. Me prestaron muy poca
atención, como si no existiese".
De hecho, según explicó Rosenhan en el estudio que
publicó posteriormente en la revista Science -titulado On
being sane in insane places-, el personal sólo estuvo en contacto con los
pseudopacientes internados un promedio de 6 minutos al día.
Y a pesar de que Rosenham les dijo a sus médicos
que ya se sentía mejor y que quería irse, lo retuvieron allí durante 52 días.
En promedio todos los pacientes del grupo de
Rosenham permanecieron internados por un total de 19 días. Pero, lo más
llamativo, es que ningún miembro del personal se dio cuenta de que eran
impostores.
La clave está en el
contexto
El hospital St. Elizabeth en Washington albergó a
uno de los pseudopacientes.
"Lo más interesante del estudio es cómo el
contexto informa todo", explica Keller. "Si ves un hombre con un arma
asumes inmediatamente que es un criminal. Si el contexto es un estudio de cine
y a su alrededor hay cámaras, el contexto indica que el hombre es un
actor".
"Para David, el contexto de una clínica
psiquiátrica hace que cualquiera que sea un paciente parezca sufrir alguna
patología. O, que un comportamiento que parece completamente normal en la casa
o en la ofiicna parezca el síntoma de un desorden cuando se lo observa en un
hospital", añade Keller.
Curiosamente, aunque los médicos no notaron nada
inusual en los pseudopacientes, los auténticos pacientes sí notaron la
diferencia.
"Algunos decían cosas como 'tú no estás loco,
tú debes ser un maestro, un periodista o algo así. Tú debes estar estudiando
este hospital", cuenta Hank O'Laura un alumno de Rosenham que en ese
momento tenía 19 años.
Cuando los médicos le dieron el alta a Rosenhan y
al resto de los que participaron en el experimento, lo hicieron diciendo que
los pacientes estaban mejor, pero dejando en claro que no estaban curados.
Esto quiere decir que la supuesta esquizofrenia se
mostraba en remisión, pero que continuaba en estado latente.
Cambios
fundamentales
"Para David, el contexto de una clínica psiquiátrica hace que cualquiera
que sea un paciente parezca sufrir alguna patología. "
(Florence Keller, psicóloga clínica y amiga de Rosenhan)
Cuando Rosenhan publicó los resultados de su
investigación en 1973 fue como si alguien hubiese lanzado una bomba contra elestablishment de
la psiquiatría. El público quedó fascinado, y los profesionales de salud mental
lo odiaron. El estudio fue duramente criticado por su metodología y por sus
conclusiones.
Rosenhan fue acusado de usar engaños y trampas, y
las autoridades de uno de los hospitales lo desafió a que enviase todos los
pseudopacientes que quisiera, asegurándole que reconocería a todos.
El médico accedió. Cuando el experimento finalizó,
el hospital con orgullo dijo haber reconocido a los 41 impostores.
Pero lo cierto es que Rosenhan no había enviado a
ninguno.
Más allá del revuelo que causó, el experimento
logró que se reescribiese el manual de diagnóstico psicológico en Estados
Unidos y que se reevaluara la relación médico-paciente en las instituciones
mentales.
Rosenhan continuó enseñando psicología hasta su
muerte, en febrero de este año.”
Tomado de:
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/06/120611_rosenhan_experimento_lp.shtml
Jorge Salazar
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar.
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