miércoles, 1 de junio de 2011

Colores y emociones



Vivimos en un mundo rodeado de colores. Podemos percibir el amarillento que emerge de las montañas en el amanecer, el cielo rojizo del crepúsculo que posteriormente cede su espacio al azul que progresivamente se oscurece en la noche. El televisor nos inunda de intensos y nítidos colores, a la vez que el monitor de un computador presenta una resolución y gama increíbles de tonalidades diversas que podemos disfrutar en cada momento.

La influencia que los colores tienen en nosotros ha sido estudiada por diversos autores dentro de los que destaca el aporte del fisiólogo alemán Ewald Hering con su teoría del contraste. Dicha teoría se refiere a los cambios de la sustancia rodopsina que se encuentra en la retina humana, y cuta transformación frente a la influencia de la luz genera los impulsos nerviosos que configuran la percepción del color.

A diferencia de las formas o contornos que generalmente dan cuenta de la energía yoica y aspectos racionales e intelectuales de quien las perciben. En general los colores hablan de nuestra emocionalidad, de nuestros conflictos, preferencias, focos de tensión, ansiedad e incluso las problemáticas que atravesamos en determinados momentos.

Pero no solamente los colores dan cuenta de cómo percibimos el mundo sino, que también son una forma en que el mundo incide en nosotros. Influyen tan fuertemente  que generan respuestas corporales inconscientes frente a ellos. A modo de ejemplo, el color rojo estimula el sistema cardiovascular, acelera nuestro corazón y aumenta la presión sanguínea. El azul oscuro puede despertar en quien lo ve relajación y serenidad, ejerce un efecto sedante. El amarillo moviliza a la acción y el verde produce tensión, facilitando el deseo de actividad, firmeza y perseverancia.

De los efectos de los colores bien saben los publicistas, quienes les dan uso para despertar el interés de los potenciales clientes.
De cómo indican las características de la personalidad sabemos los profesionales de la psicología. Es tal el nivel que han alcanzado estos conocimientos, que existen pruebas psicológicas proyectivas complejas como es el test de los colores de Luscher, que indican características profundas de la personalidad. En clínica estos conocimientos tienen su utilidad, muchas veces el color del consultante, entrega indicios de algunas características de las personalidades de quienes las llevan, etc.

La invitación es a poner atención a los colores que nos rodean, como los utilizamos, como afectan en nosotros y las emociones que nos despiertan.  Centrarnos en nuestra emocionalidad, en el sentimiento. Sin olvidar que las emociones son las que sazonan nuestra vida, nos movilizan, aquellas que permiten las grandes creaciones del arte. Considerando a la vez, que estas mismas emociones muchas veces nos pueden traicionar transformándose en un verdadero impedimento a la hora de conseguir nuestros objetivos.

Jorge Salazar
Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar.



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2 comentarios:

  1. Si efectivamente, los colores ayudan mucho a estabilizarnos en momentos de alteración, yo los uso mucho cuando leo las cartas, a las personas que se encuentran angustias, por sus situaciones de vida, uso mucho el violeta para que se atrevan a cambiar actitudes.

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  2. Desde la psicología el color violeta significa la intención del ardor impulsivo con la dulce entrega en la IDENTIFICACIÓN. Quiere decir la identificación en una unión íntima y erótica. Generalmente es un color preferido por los adolescentes y está asociado a problemas en la tiroides en quien lo prefiere. Eso según la Psicología de los Colores.

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